Son dos hermanas. Sus cuerpos se confundieron uno con el otro. Sus corazones palpitaron al unísono. Los testigos no pudieron contener las lágrimas. Ocurrió exactamente en el lugar donde están emplazadas las barreras que simbolizan el “sinsentido” de los puentes aún cerrados entre Argentina y Uruguay.
La imagen fue captada ayer sábado por la tarde, en el control fronterizo entre Concordia y Salto, donde integrantes del Grupo Puente una vez más se concentraron para reclamar que se permita pasar de una ciudad a otra a las más de 200 familias “binacionales”, que han quedado “partidas” desde marzo de 2020.
Justamente, a las dos hermanas que protagonizaron un abrazo inolvidable se les ha impedido verse durante más de un año y medio. Y tan disparatada prohibición sigue vigente mientras, por caso, hasta las discotecas bailables ya están habilitadas, la gente puede ir a las canchas, o es posible que un argentino con poder adquisitivo que se lo permita se vaya en avión a Miami sin traba alguna.
Es tal el despropósito que esta imagen desnuda en todas sus proporciones, que hasta el candidato oficialista Enrique Cresto decidió adoptar un perfil crítico hacia su propio gobierno, en un intento por despegarse del fracaso que entraña no haber podido aún reabrir el paso por los puentes.
